Próxima la fecha al LIII Festival de Cante Jondo ANTONIO
MAIRENA, pega contar un poco sobre él.
Antonio Cruz García nace en
Mairena del Alcor el 7 de septiembre de 1909, hijo de Rafael Cruz Vargas y
Aurora García Heredia.
Su familia era de ascendencia gitana
procedente de Utrera. Fue el mayor de seis hermanos, (Águila, Curro, Juan, Rosario, María Josefa),
con lo cual y también acorde a la época, tuvo que abandonar la escuela, a la
que asistió solo durante 3 años para
ayudar a su padre en la herrería, profesión en la que se inició y sacar
a su familia adelante. No obstante, durante toda su vida luchó por remediar
esta carencia de formación leyendo e incluso acudiendo a academias nocturnas
para aprender a escribir.
Se crió dentro de un ambiente familiar
muy aficionada al flamenco y a la semana santa, reuniendo ambos mundos en el peculiar
amor que ponía en las saetas. De la mano de su padre, siendo
niño, acude a algunas fiestas gitanas en las que conoció a grandes cantaores
como Manuel Torre, Joaquín el de la Paula o El Gloria, con los que su padre mantenía
cierta amistad, quienes despertaron en él la inquietud por el buen cante y
serían llegado el momento, sus primeros maestros. Cuenta en sus memorias que su
primera actuación fue siendo un niño en una de estas fiestas familiares, hacia
el año 1920, con motivo de la estancia en Mairena del bailaor Faíco,
interpretando un tango de Pastora Imperio, de moda por aquella época, "Soy
grande con ser gitano", que causó sensación entre los asistentes.
El flamenco, se daba en reuniones de ambiente puramente gitano
allá por el siglo XVIII, sobre todo en la Baja Andalucía,
concretamente en Triana y Cádiz. A lo largo del siglo XIX, el cante fue
saliendo de estos ambientes para acompañar fiestas, celebraciones y juergas más
genéricas y abiertas, costeadas por personas acomodadas como nos recuerda algunos
viajeros románticos en sus obras y gracias a ellos tenemos las primeras
noticias sobre cantaores y guitarristas de cierto prestigio, contratados para
estas fiestas.
Antonio forma parte de la gloriosa generación que llevó el cante a
sus más altas cotas de expresión. En las primeras décadas del siglo XX se
forjan, junto al maestro de los Alcores, diversas figuras señeras como los
hermanos Pavón Cruz (Pastora, La
Niña de los Peines, Arturo y Tomás), Manuel Torre, Manuel
Vallejo, El Gloria, Juan Varea, Pepe Pinto, Manolo Caracol, Tía Anica la Piriñaca, o Juan Talega.
Ciertos sectores de la intelectualidad afines a lo que daría en llamarse
Generación del 27, comienzan a ver en el mundo flamenco una de las más puras
manifestaciones de la cultura andaluza, marginada y amenazada de muerte por el
desarrollo que iba adquiriendo el país y la degradación que su comercialización
estaba produciendo en los cafés cantantes. Temiendo la pérdida de dicha riqueza
cultural, intelectuales de la sensibilidad de Manuel de Falla o Federico García
Lorca intentan recoger la esencia del flamenco y darlo a conocer a los
intelectuales del resto de España y Europa invitados por ellos a Granada. Este
fue el objetivo central del concurso de cante flamenco, celebrado en Granada en
1922, en el que la única exigencia era que los aspirantes fueran desconocidos,
gente del pueblo. El certamen lo ganó Diego Bermúdez Cala, El Tenazas, y se le
otorgó una mención de honor a un niño de 13 años llamado Manuel Ortega Juárez,
Manolo Caracol.Antonio
comienza a cantar en algunas reuniones familiares, bautizos y bodas y alguna
que otra vez en algún café de Carmona, siendo muy apreciadas sus dotes por los
entendidos. Esto le impulsó a intentar participar en ese concurso de Granada
del 1922, pero su padre no le dejó ir por su corta edad y la falta de dinero
para costear el viaje.Pudo
hacerlo finalmente dos años después, en 1924, en el concurso de la Feria de Alcalá de Guadaíra.
Tenía 14 años y cantó por seguiriya y soleá con tanto arte y embrujo que Joaquín
el de la Paula
le dio el primer premio, dotado con 20 duros, a aquel joven que empezaba a
ser conocido con el sobrenombre de Niño
de Rafael. Posteriormente Manuel Torre será quien comience a llamarle entre sus
conocidos Niño de Mairena fraguando dicho nombre para la inmortalidad.
Tras
la muerte de su madre, en 1928, y el segundo matrimonio de su padre, (del que
nacerán Ángela y Manuel), Antonio se traslada a vivir a Carmona. Trató de introducirse en los espectáculos de
la ópera flamenca, en los cafés de Sevilla, sin mucho éxito. Donde sí logró un
cierto reconocimiento fue en el ambiente de las fiestas de la Alameda de Hércules, donde
conoció a grandes artistas, y comienza a actuar en algunos pequeños
espectáculos en el año1929. Antonio siempre los recordaría como su inicio
profesional. De los viejos cantaores aprendería
cantes que los haría revivir con genio inigualable.En el año 1930, organiza un espectáculo benéfico en Mairena con
Manuel Torre, a quien bautizaron "acabareuniones" porque demostraba tal
maestría que nadie quería cantar después de sus extraordinarias y sentidas
actuaciones.A
finales de la monarquía alfonsina, en enero del 31, Antonio se incorpora a
filas haciendo el servicio militar en diversas plazas africanas (Larache,
Alcazarquivir). La suerte le sonrió esta vez, pues se vió favorecido por la ley
de reducción del servicio militar establecida por el gobierno de la II República. Tras
su licencia Antonio monta una taberna en la plaza de las Flores (que hoy lleva
su nombre), donde, entre vasos de vino, echaba unos cantes con los amigos.
Su
primer gran triunfo en Sevilla se producirá durante la Semana Santa de 1933,
cuando los directivos de la Tertulia Sevillana, entre los que se encontraban
Rafael El Gallo, Juan Belmonte y otros personajes sevillanos aficionados al
cante, lo contratan para sustituir a "El Gloria" como cantaor de
saetas. Desde el local de la tertulia, situado en la esquina de Sierpes con
plaza de San Francisco sobre el bar Laredo, dio una magistral lección del cante
por saetas, siendo sacado, como los toreros, a hombros por los aficionados.
Especialmente recordada será su serie de saetas al Cristo de los Gitanos, que
hizo retrasarse hasta tal punto a la cofradía en la carrera oficial que fue
multada por ello. La prensa de la época situaba, al que ya comenzaba a ser
conocido como Niño de Mairena entre los grandes saeteros como El Gloria y
Manuel Torre. Entre
reuniones, espectáculos y actuaciones en Sevilla, ese mismo año 1933 conoce a
Carmen Amaya, en una fiesta en La
Venta de Antequera, quién le contrata para actuar en el
Variedades (Cine Trajano) y grabar en Barcelona los cantes de la película María
de la O, que estaba
rodando por esas fechas. De vez en cuando hacía alguna visita a los gitanos de
Utrera, Jerez y Alcalá para oír las viejas formas, las esencias más puras del
flamenco que se estaban perdiendo (Joaquín la Cherna, Paco La Luz, Joaquín el de la Paula, Loco Mateo, La Serneta), y que gracias a
Antonio Mairena, hoy por hoy son conservadas. En
1936 conoce y comienza a trabajar con el guitarrista Melchor de Marchena, quien
se convertiría en su apoyo más firme en su carrera profesional. Por
causa del estallido de la guerra civil, Antonio Mairena se ve obligado a
rechazar el contrato que Carmen Amaya le ofrece para partir en una gira por las
Américas, prefiriendo quedarse cerca de su familia, y aprovechando las ofertas
que le hacían para cantar en pequeños locales e incluso en casas de trato.
Tras la guerra, se establece en Carmona donde consigue algunos
trabajos mientras continúa actuando en ventas y locales de Sevilla y
ocasionalmente en Madrid. En 1941 sus contactos entre guitarristas y cantaores
sevillanos le permiten introducirse en el mundo de la discografía, por aquellos
años de posguerra, muy pobre. De la mano del guitarrista Esteban Sanlúcar grabó
sus 4 primeros discos en la casa La voz de su amo. Pensaba grabar por
seguiriyas, soleares, alegrías, bulerías y tangos, pero en la discográfica le
obligaron a cantar por fandangos y cuplés por bulerías, que estaban entonces
más de moda.Sus actuaciones se van haciendo cada vez más estables, logrando
incluso introducirse en la compañía de Juanita Reina durante los años 43 y 44.
En el año 1945, Pastora Imperio lo contrata para actuar en la venta La Capitana.Carmen
Amaya regresa de América y lo incorpora a su espectáculo en el Teatro
Fuencarral donde destaca en un espectáculo basado en romances de Lorca.
Consagrado ya su nombre en el mundo flamenco como gran cantaor, de voz intensa
y recia, de gran dominio y pureza en el cante, en 1950 es contratado para hacer
una gira por Europa con el ballet de Teresa y Luisillo, recorriendo Bélgica,
Alemania y Gran Bretaña, y más tarde parte del norte de África. En la década de
los 50, el flamenco es conocido en medio mundo gracias a los conjuntos
flamencos, poniéndose de moda los tablaos, a los que comienza a acudir un
público variado. Antonio se incorpora a
este mundo actuando en El Duende, de Madrid. Y otros donde se reunían un
público entendido y exigente con el cante puro.Sucede
que el cante va entrando en decadencia a causa de la demanda de un
público cada vez más amplio pero menos entendido, que se decanta por la copla
popular, la canción ligera y el cante de acompañamiento al baile, las
tonadillas y otros palos ligeros. Afortunadamente un núcleo de cantaores
sigue interpretando, en ambientes íntimos y pequeños escenarios, los estilos de
siempre: Juan Talega, Fernanda y Bernarda de Utrera, Fosforito, Chocolate, los
Pavón, Agujetas, serán los referentes que Antonio Mairena. Las
casa discográficas comienzan a editar discos de flamenco, Hispavox es la que
edita la primera antología del Arte Flamenco, empieza la difusión por radio de
un arte que anteriormente solo se había expuesto frente a grupos minoritarios,
poniéndola al alcance del público en general. Antonio se introduce en este
mundo en 1950 grabando 4 discos en la casa Columbia, con lo que alcanza una
gran difusión, lo que le lleva a grabar discos en Tánger.El
espaldarazo definitivo a su carrera, fue gracias a Juan Valderrama, el cual lo
puso en contacto con Antonio Ruiz Soler, el bailaor, quien le incorpora a su
ballet en calidad de cantaor para el baile. Permaneció en la compañía diez años
recorriendo Europa, América, África y Asia. En
1954 graba un LP en Londres, el cual lo lanza al estrellato, mostrándose como
gran maestro en el dominio del cante puro que tan pocos cantaores abordaban.
Más tarde graba varios discos con Columbia, entre los que destaca Cantes de
Antonio Mairena de 1958.
La Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces fue la primera Cátedra de Flamencología en España, fundada el 24 de septiembre de 1958 en Jerez de la Frontera, por los fundadores: Juan de la Plata, Manuel Pérez Celdrán, Manuel Ríos Ruiz y Esteban Pino Romero, una institución en el mundo de las asociaciones flamencas, de la que Antonio Mairena sería nombrado Director Honorario en 1959.
En
el año 1962 le otorgan la III Llave de Oro del cante, desde entonces se empeñó
en revalorizar el cante y llevó a cabo
una serie de grabaciones antológicas. Gracias a este premio se consagró y su
presencia sería requerida en todos los festivales que comenzaron a hacerse por
toda la Baja Andalucía. Con motivo de la concesión, la Cátedra de Flamencología
le rinde el primer homenaje de su vida, en un festival con la participación de
artistas importantes y poetas destacados.Antonio,
con la Llave en la mano, fundó una escuela que perdura hasta nuestros días,
convertido en albacea de la pureza de los viejos cantes y guía de una nueva
generación de cantaores comprometidos con el mairenismo hasta la médula.
De
la mano de cantaores como Antonio Mairena, nace la palabra “flamencólogo” y el
flamenco sufre una importante revisión histórica. Todo ello confluye en la
concepción de un nuevo tipo de festivales de larga duración, como la Bienal de
Sevilla, modelo artístico de mayor vigencia en la actualidad.
FESTIVAL
DE CANTE JONDO DE MAIRENA DEL ALCOR
El
Festival de Cante Jondo de Mairena del Alcor es un acto benéfico que se creó el
25 de agosto de 1962, organizado por el párroco de aquella época, Enrique López
y Antonio Mairena y con el fin de promocionar a principiantes en el cante. Los
beneficios que se sacaban eran destinados a la parroquia y en el, se cantaban
canciones andaluzas y cante flamenco, e incluían un concurso en el que los
participantes eran jóvenes aficionados.En
el año 1964, el alcalde D. Agustín Jiménez apoya definitivamente la
organización del festival iniciando una senda que ya sería definitiva,
celebrándose en dos días sucesivos y adoptando la peculiar forma que ha
conservado hasta nuestros días.Algunos
de los grandes artistas de los que tenemos hoy conocimiento y consiguieron sus
trofeos en este festival fueron: El Lebrijano (año 1964), Calixto Sánchez y
Manuel Mairena (año 1965), Camarón de la Isla y José Menese (año 1966),
Chiquetete (año 1975), entre otros.
Fuente de información: www.mayrena.com